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Bienvenido al blog de Carmen y Miguel Ángel, donde te contaremos experiencias en nuestro camino hacia la salud a través de la alimentación. Te hablaremos de la macrobiótica, te contaremos cómo preparamos nuestras recetas, te enseñaremos propiedades de algunos alimentos y en general, compartiremos contigo todo aquello que gire en torno a ser más felices a través de esta filosofía de vida.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Nos encantan los dulces


Os voy a confesar una cosa: he sido una golosa empedernida. Me encantaba atiborrarme de dulces azucarados y no podía resistir la tentación de tomar un poco de chocolate cuando me levantaba de la siesta, por ejemplo. Además, he sentido remordimiento al comprarlos y comerlos cuando veía que me sobraba algo de peso. Siempre he pensado que era la doble cara de ser afectuosa, y he notado que muchas personas cariñosas a las que adoro, están locas por los dulces industriales también.

Hoy sabemos que el azúcar es considerado por muchos una droga, pero al escuchar esto por primera vez nos volvemos un poco escépticos. Cuando consumimos azúcar ocurren dos procesos:

1. Nos produce reacciones placenteras en el cerebro (dopamina) y nos relaja, así que nos sentimos atraídos por comer dulces cuando nos sentimos estresados, tristes o frustrados. Y cada vez que lo hacemos, se produce un deterioro mental, sobre todo en los niños, que están desarrollando rápidamente sus conexiones neuronales, causando problemas de atención, pérdida de memoria, y a la larga favoreciendo enfermedades degenerativas como el Alzheimer.

El azúcar es considerado en Macrobiótica como un extremo yin, es decir, su consumo nos produce a nivel mental estados depresivos, pasividad, cansancio, falta de vitalidad, debilidad, etc. Lo cual nos invita a volver a consumirlo una y otra vez para sentir ese falso y breve estado de placer.

Uno de los mitos de nuestra “moderna sociedad” es que nuestro cerebro necesita azúcar para funcionar. Lo que la industria llama azúcar es casi siempre azúcar refinado, de rápida asimilación, que produce todo lo que hemos comentado. En el mejor de los casos se referirá a hidratos de carbono simples (arroces blancos, pastas blancas, etc.). Pero los médicos saben que los azúcares que nuestro cuerpo realmente necesita son los que provienen de hidratos de carbono complejos (integrales, de cadena larga), esto hace que su asimilación sea más lenta, no sobrecargan el páncreas y producen una energía estable tanto en nuestro cuerpo como en nuestra mente.

2. Además, hay un aumento de desechos que se acumulan en las células, entorpeciendo su funcionamiento y envejeciéndolas prematuramente. Esto causa daños en numerosos órganos, especialmente en páncreas, hígado, y como hemos mencionado, en el sistema nervioso. 
El consumo de azúcar (yin) favorece la acidificación de la sangre y por tanto su desmineralización, obesidad, diabetes, alergias y problemas de piel.

Nosotros necesitamos tomar dulce, una cosa no quita la otra. Este dulce natural que necesitamos se encuentra en cereales integrales, verduras y frutas, y para que podamos apreciarlo, debemos dejar que nuestro paladar descanse de los dulces fuertes.

En la próxima entrada os contaré factores que nos incitan a tomar dulces, como la monotonía en la cocina, y cómo podemos preparar deliciosos postres sin usar azúcar refinado.

Por cierto, os recuerdo que el lunes 5 de marzo será el primer taller gratuito en Málaga sobre Macrobiótica, estais todos invitados!

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